El Rey era la suprema autoridad. Su poder se consideraba fuente divina, por lo que debían rendir cuenta de sus actos ante Dios. Se era rey por aclamación, herencia, matrimonio o concesión papal. Los símbolos reales fueron: la corona cerrada, el manto de amiños, el cetro, el globo terráqueo superado por la cruz y la espada empuñada con la mano diestra, vertical y con la hoja hacia arriba. Al rey se le identificaba también con la patria, la nación y el Estado. El rey ordenaba a través de unos documentos llamados cédulas. Estos documentos eran en donde se reconocía una deuda u otra obligación. El Rey nombraba a los funcionarios por reales provisiones y exceptuaba de obligaciones por reales privilegios.
domingo, 11 de noviembre de 2007
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